Crece y crece sin que se sepa cuál es el límite: la protesta de la oposición europeísta en Kiev ha superado las previsiones y las comparaciones con la Revolución Naranja de 2004 parecen cada vez más acertadas.
Desde la plaza de la Independencia de la capital, a la que accedieron a pesar de la prohibición policial, la contestación a presidente Víktor Yanukóvich está derivando en algunos conatos minoritarios de violencia.
La protesta está siendo sin duda masiva y pacífica: los organizadores hablan de medio millón de participantes.
Ocupados el ayuntamiento y la casa presidencial por las fuerzas vivas, el presidente se ha reunido a las afueras de la capital con su gabinete para considerar un posible estado de excepción.
La tensión en las calles de Kiev aumenta conforme llega la noche.