La economía irlandesa se contrajo en el último trimestre del año pasado un 2,3 por ciento. Esta noticia inesperada para un país que acaba de salir del rescate internacional sitúa el retroceso en el conjunto de 2013 en tres décimas. Y aunque se haya revisado al alza el crecimiento del tercer trimestre al 2,1 por ciento.
El crecimiento negativo en los últimos tres meses del año se debe a una fuerte subida de las importaciones y a una bajada del consumo privado. Las importaciones progresaron más que las exportaciones por la debilidad en el resto de la eurozona y la expiración de patentes de las industrias farmacéuticas implantadas en el país.
“Se trata de un recordatorio de que, aunque se mantenga un entorno positivo para estos países periféricos en cuanto al mercado de la deuda, todavía les queda un largo camino por recorrer”, comparó el analista financiero Phil Tyson, jefe de estrategia en Icap.
El analista se refería a la primera subasta de bonos del Tesoro irlandés en tres años y medio, que se saldó con unos intereses del 2,9 por ciento para obligaciones a diez años. El país abandonó el pasado 15 de diciembre el programa de asistencia de la troika sin ningún otro tipo de ayuda externa. Y, ahora, depende únicamente del comportamiento de su economía.