El Ejército ucraniano vivió el viernes una de sus jornadas más trágicas con la muerte de 23 uniformados. Al menos 19 de ellos fallecieron junto a la localidad de Zelenopólie, en la región de Lugansk, en un ataque rebelde perpetrado con misiles tipo “Grad”. Los heridos rondan el centenar.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania ha señalado que “todos los que han utilizado misiles tipo ‘Grad’ contra las fuerzas armadas de Ucrania serán encontrados y castigados. Por cada vida de nuestros militares, los rebeldes pagarán con decenas y cientos de los suyos. Los terroristas recibirán lo merecido”.
El Ejército sigue avanzando hacia las ciudades de Donetsk y Lugansk, bajo control rebelde. Los separatistas volaron recientemente un puente que conducía a Horlivka, para evitar la progresión de los militares hacia otro de sus feudos.
Los insurgentes prorrusos confían en su victoria, como manifiesta el primer ministro de la autoproclamada República de Donetsk: “Nuestros contrincantes han sufrido bajas y daños significativos. Estamos seguros de que conseguiremos mantener la línea de frente”, afirma.
En las últimas horas, el bando rebelde también ha perdido a decenas de hombres en un ataque aéreo del Ejército.
La violencia ha obligado a los civiles que no han huido de Donetsk a cobijarse en refugios antiaéros.