Turquía ha llevado a cabo intensos bombardeos en el norte de Irak contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Ha sido el ataque más fuerte llevado a cabo por la aviación turca desde que el pasado viernes iniciara una vasta ofensiva contra los yihadistas del autodenominado Estado Islámico y contra la guerrilla kurda.
Ankara ha aprobado, este miércoles, abrir sus bases militares a Estados Unidos y sus aliados para facilitar su ofensiva contra el grupo Estado Islámico.
Este acuedo permite a los cazas de la coalición internacional usar la estratégica base de Incirlik, en el sureste de Turquía.
El Gobierno turco, criticado durante meses por su pasibidad, decidió entrar de lleno en la guerra contra los yihadistas tras el sangriento atentado en Suruç.
El primer ministro turco ha mostrado en el Parlamento su decepción por la falta de respuesta a su llamamiento a los partidos políticos para emitir una declaración conjunta contra el terrorismo.
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