Allá, en el Olimpo de las leyendas de los videojuegos, permanece Billy Mitchell gracias su récord imbatible en Donkey Kong. Se ha convertido en todo un personaje de los Estados Unidos y disfruta de un status privilegiado desde los años ochenta. Sin embargo, a unos cuantos kilómetros de él, un ingeniero en paro llamado Steve Wiebe -el bueno de la película- se propone arrebatarle el título.