La Zona, también conocida como Flujo en psicología, es un estado mental de concentración tan elevado que la sensación de control y conciencia misma de la acción desaparece; uno simplemente fluye en la actividad.
Desconozco porqué los deportistas le llaman La Zona, pero una vez que entras es difícil olvidar lo que se siente; es un estado donde te vuelves uno mismo con la acción. Es una especie de «overclocking» para la sinapsis cerebral y tu instinto se vuelve exageradamente más rápido que tu Yo consciente. Dejas de tomar acciones porque tu cuerpo lo empieza a hacer por ti. Son tan buenas las decisiones que toma que llega un punto en el que dejas de pensar en lo que haces y aunque sea difícil de creer, las ejecuciones realizadas resultan perfectas. Durante tu estancia en La Zona, el tiempo transcurrirá más lento y puede llegar a ser completamente imperceptible. Este es un fenómeno bien documentado por Mihály Csíkszentmihályi, en 1975, y sucede porque te vuelves uno mismo con la acción. El tiempo lo medimos por los eventos que van ocurriendo, pero en ese estado no hay eventos, simplemente fluyes en sincronía con el juego. Los músicos también experimentan esta distorsión temporal, sobretodo durante una presentación en vivo. Cuando una banda hace conexión tocando una canción, la concentración de los músicos se encuentra por encima de lo normal. Durante ese momento la canción se convierte en el único universo que importa y en el único tiempo que fluye.