La Comisión Europea pretende que en 2050 no circulen los coches como hoy los conocemos, ni gasolina ni diésel. El Comisario de Transportes, Siim Kall, ha puesto este lunes sobre la mesa esa fecha límite y ha explicado que esa propuesta tiene dos objetivos: una menor dependencia del petróleo y una reducción de las emisiones contaminantes. Las alternativas son los biocombustibles, el coche eléctrico y el transporte público.