No estaba ni en el momento ni en el lugar correcto y se dio cuenta demasiado tarde, tan tarde que termina arrollado por el coche. Lo cierto es que se veía venir, y se veía venir desde muy lejos. La persona que graba no se da cuenta que el coche seguirá deslizando y que en su trayectoria está él, justo en el medio. El final se veía nítido, menos para él.