Según diferentes tradiciones de remedios caseros, beber un vaso de agua caliente con una cucharadita de sal alivian el dolor de garganta.
La sal es un electrolito, es decir, un mineral que ayuda a las funciones corporales y que, añadido al agua, puede mantenerte hidratado.
Las sales electrolíticas como el sodio y el calcio facilitan las contracciones musculares y las funciones nerviosas, mejorando así el rendimiento.
Beber agua con un poco de sal también puede mejorar la digestión.
Es importante tener en cuenta que, aunque el agua salada tiene sus beneficios, un exceso de sal puede afectar a las personas con problemas renales o hipertensión.
Además, con el aumento de la contaminación de los océanos, se pueden encontrar microplásticos tóxicos en la sal marina.
Para lograr el equilibrio perfecto y un rendimiento óptimo, se recomienda consumir entre cuatro y seis gramos de sodio al día.