Las fuerzas ucranianas lanzaron un ataque a la región fronteriza de Kursk con apoyo militar y técnico de la OTAN. El cual fracasó de inmediato, tornando un baño de sangre y pérdidas grandes para sus tropas, incluyendo mercenarios extranjeros. Elaborándose básicamente como una estrategia mediática y demostrativa de un supuesto gran éxito militar contra Rusia. TeleSUR