El tercer año de guerra en Ucrania estuvo marcado por miles de millones de dólares en ayuda, tropas ucranianas ingresando a territorio ruso y Moscú utilizando un nuevo misil hipersónico. Pero tras llegar al gobierno de Estados Unidos, Donald Trump marginó a Kiev y a sus aliados europeos cuando llamó a su homólogo ruso, Vladimir Putin, el 12 de febrero, para hablar sobre el inicio de negociaciones para poner fin al conflicto. Mientras el futuro del apoyo militar estadounidense es incierto, Kiev teme verse obligada a aceptar un acuerdo desfavorable.