Carlos Bianco, ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, protagonizó una polémica al negarse a realizar una prueba de alcoholemia durante un control vehicular. El incidente ocurrió bajo la supervisión de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. A pesar de no contar con un conductor alternativo, Bianco fue trasladado a su domicilio por un funcionario del organismo provincial AUVASA, lo que generó críticas sobre el uso indebido de recursos públicos. Este evento ha desatado un debate sobre la responsabilidad y el comportamiento ético esperado de los funcionarios públicos.