Kilmár Abrego, un inmigrante salvadoreño, ha estado atrapado en una pesadilla que parece no tener fin. Su historia comenzó cuando fue detenido por agentes de inmigración en Estados Unidos y deportado erróneamente durante la administración Trump. Lo que debería haber sido un proceso de regularización se convirtió en una experiencia traumática que lo llevó a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador, un lugar donde la violencia y la inseguridad son moneda corriente.teleSUR