El 22 de abril de 1992 quedó grabado como uno de los días más oscuros en la historia de Guadalajara. Ese miércoles por la mañana, una serie de explosiones en el Sector Reforma, ubicado en la zona Oriente de la ciudad, sacudieron al país entero: una línea de 8 kilómetros de calles voló por los aires tras la acumulación de gasolina en el sistema de drenaje.