"Es el momento más delicado porque estoy sufriendo por dos partes, por ser el revulsivo que el sevillismo esperaba que fuera, porque no hemos conseguido aún victorias, y luego como sevillista", explica Joaquín Caparrós, que entiende perfectamente que el hecho de no haber conseguido ganar ninguno de sus cuatro partidos ha desilusionado a muchísima gente.