Tras el robo de una motocicleta, herramienta indispensable de miles de jóvenes que salen a trabajar en el AMBA, y la falta de respuesta de las autoridades policiales, un grupo de repartidores se unió e ingresó a la casa del ladrón para recuperar el rodado.
El episodio vuelve a poner en debate el tema sobre la justicia por mano propia ante los casos de inseguridad.
¿Es adecuada la actitud que tomaron? ¿Por qué la policía no intervino?