Yo, como Ivan Espinosa de los Monteros, creo que España tiene solución, que no podemos dejar la tarea en manos de los políticos y que VOX y PP están moralmente obligados a aunar fuerzas.
No caben términos medios ni melindres cuando la Patria vive amenazada por una mafia, plagado de puteros, mangantes, ‘fontaneros’, sicarios y ladrones, que chapotea en la corrupción y la ilegalidad.
La oposición tiene el deber de movilizarse y ofrecer a la ciudadanía una alternativa de regeneración y limpieza.
Las cartas están boca arriba.
Ya sabemos que Sánchez es un tahúr, capaz de cualquier ignominia con tal de seguir durmiendo en La Moncloa y volando en Falcón.
Ya sabemos que merced al largo proceso de agilipollamiento de la sociedad española, hay casi un 30% de votantes dispuestos a aplaudir el saqueo de lo público, con tal de que no gobierne la derecha.
Ya sabemos que el indecente marido de Begoña se ha saltado todas las linea rojas y pactará, llegado el caso, hasta con los violadores, como lo ha hecho con los separatistas o el partido de ETA.
Ya sabemos que la democracia del 78, el fruto de la excesivamente alabada Transición, no estaba preparada para un personaje de la catadura del actual amo del PSOE.
Da igual.
Hay bastantes cosas que ha hecho mal los populares en el pasado y muchas expectativas y promesas que se quedaron en el cajón, por falta de visión, de energía, de voluntad o de grandeza.
Ya sabemos que Rajoy nos frió a impuestos y ni metió en vereda a los secesionistas catalanes cuando pudo ni derogó la infame Ley de Memoria Histórica, pero no es el momento de sacudir a Feijóo, repitiendo com o una letanía que PP y PSOE son lo mismo.
Primero porque no lo son y segundo porque levantamos la vista o nos come la mugre.
Feijóo ha endurecido el tono, se ha dejado de circunloquios y habla por fin de Gobierno ‘en estado de putrefacción’. Incluso, venciendo ese atávico temor que el centroderecha tiene a la calle, al caos y el jaleo, convoca a una manifestación masiva el próximo 8 de junio.
Ahora lo que tiene que hacer es acelerar el paso, subir la intensidad de la crítica, ponerle un bozal a las María Guardiola y resto de tibios, para que no la pifien justo antes de los próximos comicios, como hicieron en 2023, echarle pelotas, pactar con Abascal y montar una moción de censura.
Y olvidarse de una puñetera vez de los peseteros del PNV y de los xenófobos de Junts, porque si hay que caminar hacia el futuro con esos felones, yo me voy a vivir a Portugal.
