Desde tiempos remotos, la humanidad ha migrado en busca de mejores condiciones de vida. lo que en sus orígenes fue una necesidad de supervivencia, hoy se traduce también en una expresión de solidaridad familiar: enviar dinero a casa. en la actualidad, más de 300 millones de personas viven fuera de su país de origen, según la ONU. De ellas, más de 200 millones envían remesas de forma regular. estas transferencias internacionales no solo sostienen a millones de familias, también representan un pilar económico para numerosos países. en 2023, según el Banco Mundial, las remesas globales alcanzaron aproximadamente 860 mil millones de dólares, superando incluso la inversión extranjera directa en muchas economías en desarrollo. Este fenómeno, impulsado por la migración, en algunos casos forzados, y la globalización, pone de relieve el esfuerzo, la resiliencia y el vínculo inquebrantable de quienes trabajan lejos de casa. Son historias de amor traducidas en moneda, que recorren miles de kilómetros para convertirse en alimento, educación y oportunidades. Un ejemplo del impacto positivo que puede tener la migración cuando se acompaña de políticas justas y humanas.