#Apocalyptica
La oscuridad cayó de golpe sobre el Auditorio Telmex y, como un gesto heredado de décadas de tradición metalera, The Ecstasy of Gold abrió el paso a una velada que buscaba honrar tanto a Metallica como al sonido propio de Apocalyptica. La pieza de Morricone funcionó como un breve respiro antes del estallido: un instante de expectación que preparó al público para la primera descarga.