Durante la última década varios trabajos han mostrado que esta supuesta 'reordenación' neuronal tiene que ver con el aprendizaje. A principios de los noventa los investigadores Avi Karni y Dov Sagi descubrieron que el aprendizaje de nuevas tareas se veía muy dificultado si se interrumpía o impedía el sueño REM. Y fue como abrir una nueva área de investigación que enseguida se volvió muy animada. «En la pasada década se ha quintuplicado el ritmo de publicaciones sobre la dependencia que el aprendizaje y los procesos de consolidación de la memoria tienen del sueño», escribe también en Nature, Robert Stickgold, del Harvard Medical School. «Numerosos estudios a escala molecular, celular, fisiológica y de comportamiento hallan evidencias a favor de esta dependencia».