Defectos congénitos graves pueden hoy abordarse con pocos riesgos mediante la cirugía fetal. En Europa, se opta por la forma endoscópica, sin incisiones ni exposición del feto y, por tanto, una intervención con mínimos riesgos. Está indicada en los casos de espina bífida, transfusión fetal en gemelos indénticos, hernia diafragmática, tumores en el cuello. La noticia acaparó todas las portadas de la prensa mundial: el pasado 6 de septiembre llegaba al mundo María, el primer bebé nacido en Europa tras ser sometido a una cirugía abierta mientras aún era un feto, para corregir un defecto de mielomeningocele (espina bífida abierta). La intervención, que duró más de tres horas, se había realizado seis semanas antes, a las 26 de gestación, en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. En ella, los cirujanos abrieron el vientre y el útero de la madre, extrajeron la bolsa con el líquido amniótico y corrigieron la abertura anómala del feto en la zona dorsal.