El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aprobó la construcción de 850 nuevas viviendas en los asentamientos judíos de Cisjordania.
La medida se produce después de que la Kneset (Parlamento) rechazara categóricamente por una amplia mayoría la propuesta presentada por varios diputados ultraderechistas que buscaban legalizar retroactivamente cinco edificios en un asentamiento en Judea y Samaria, como respuesta al cumplimiento de una sentencia judicial.
Netanyahu, de esta forma, se arriesga a ser censurado por los Estados Unidos y Europa, que han expresado reiteradamente su oposición a la expansión de los asentamientos existentes.